La semana pasada salí de mi casa para ir al parque a leer.
Cuando cruzaba la calle un coche que no vi venir, me atravesó por completo, sin causarme ningún daño.
El coche perdió el control y acabo estrellado contra la esquina del cruce, muriendo el conductor en el acto.
Nadie vio nada, hasta que escucharon el violento impacto contra el muro.
Volví a casa y me metí en la cama.
Sigo haciendo mi vida normal como siempre.
Y vivo con el temor de que pasará el día que muera.
Por: Diego Valor.
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